Descripción enviada por el equipo del proyecto. Se trata de la rehabilitación de un edificio entre medianeras definido por la trama de un casco antiguo de lotización medieval. La parcela se estira para iluminarse en dos calles paralelas y distantes entre sí en torno a 19 metros. La exigua anchura de 2,20 metros, la hace merecedora de poder clasificarse como las estrechas parcelas residuales de las ciudades japonesas que son conocidas como “Lecho de anguila”.
Las dimensiones, verdaderamente complicadas para conciliar la estricta normativa de habitabilidad exigida a cualquier intervención en vivienda, se convertían en el primer atractivo de la propuesta. Aunque en este tipo de casos se suele recurrir a la agregación de parcelas para obtener dimensiones cómodamente habitables, por una serie de complicaciones administrativas, los propietarios tuvieron que indagar en las posibilidades de llevar adelante el proceso sin contar con las edificaciones colindantes.
Obtuvimos licencia de obras inicialmente, con un proyecto que distribuía dos viviendas contrapeadas gracias a unas tiradas de escalera cruzadas, pero durante el proceso constructivo, se hicieron visibles unas vistas cruzadas y transparencias de calle a calle muy sugerentes que nos inclinaron, a técnicos y propietario, a trabajar sobre una única vivienda en cinco niveles. Como es fácil comprender, la única distribución factible la daba una posición centrada de la escalera que permitiera dependencias a cada lado con iluminación y ventilación a cada una de las fachadas. La escalera, una pasarela con pavimento de vidrio que permite una buena iluminación de la parte central en toda su altura, y un pequeño ascensor doméstico, forman el corazón del edificio y resuelven el programa sin apenas divisiones añadidas y con unas posibilidades de uso cambiantes y atractivas gracias a algún amueblamiento móvil.
La obra basa su imagen en los únicos elementos constructivos que definían el edificio: la estructura de madera y los medianiles de ladrillo. Éstos últimos, ocultos tras gruesas capas de yeso, fueron recuperados, limpios y enlechados con mortero de cal en los lienzos bien conservados. El proyecto buscó que la potencia expresiva de este material rugoso y desigual se pusiera de manifiesto frente a la ligereza y tersura de las nuevas aportaciones, en su mayoría piezas metálicas, de vidrio y superficies lisas pintadas en blanco. Igualmente la iluminación busca apoyar estos efectos: así, la luz rasante acentúa la expresividad del ladrillo mientras los puntos de luz, siempre ocultos entre la estructura de madera, arrojan luz a las superficies blancas permitiendo que ninguna pieza de alumbrado cuelgue por debajo de la estructura.
La limpieza de los espacios queda así de manifiesto estableciendo el valor de lo preexistente sobre lo añadido, pudiéndose disfrutar de la totalidad de un volumen definido básicamente por sus potentes medianiles de ladrillo visto.